Sin gasolina, sin luz, ecológica, natural..., pero no todo el mundo puede conducirla, hay que tener un don y ser un poco brujilla o un poco ángel o un poco hada!:) y levantarse con sentido del humor!
He escogido hoy mi escobacicleta como medio de transporte, algunos ya sabéis que el tren era mi vehículo escogido para caminar por la vida, pero hoy necesito subir más arriba, pues el duro esqueleto de hierro va a ras de suelo y no quiero comer tierra.
Sólo he tenido que poner ese poquito de magia que me quedaba en el bolsillo para poder darle vida, que aunque pobre, la magia es un combustible muy poderoso. Esa última bocanada de magia ha conseguido arrancarla con fuerza, con furia hacia arriba, para terminar disipándome en lo más alto. Desde allí arriba he visto la sequía, pero no sólo de los sedientos campos…
Las medio brujas (o medio ángeles, o medio hadas) no siempre tenemos esa magia para volar al cielo, tenemos que comprarla en una caverna muy profunda, pero iluminada, donde acudimos mientras dormimos. Hoy he gastado la poca que tenía en este viaje y ahora mismo, no sé donde ir a repostar, pero no importa, siempre encuentro el camino a esa cueva escondida por Morfeo de donde arañar el poder para el espíritu.
Las medio brujas (o medio ángeles, o medio hadas) no siempre tenemos esa magia para volar al cielo, tenemos que comprarla en una caverna muy profunda, pero iluminada, donde acudimos mientras dormimos. Hoy he gastado la poca que tenía en este viaje y ahora mismo, no sé donde ir a repostar, pero no importa, siempre encuentro el camino a esa cueva escondida por Morfeo de donde arañar el poder para el espíritu.
Cuando se termine el combustible iré cayendo, pero suave, las escobacicletas nunca caen empicado, se dejan mecer por las corrientes de aire, es como si te acariciase una madre para aliviar el dolor de una herida, y yo eso ya, casi no lo recuerdo. Por eso necesito la escobacicleta, más que para subir, para poder bajar en calma, para chocar con suavidad, para ir aceptando, comprendiendo, valorando, para ir vislumbrando, poco a poco, el suelo que he de pisar.
Durante el viaje de regreso yo aliviaré ese amarillo de los campos ansioso de beber, esa tristeza de tantos corazones anhelando ser regada. Porque sólo nosotras sabemos, las medio brujas, que la lluvia es ese llanto, de ángeles o de hadas, cayendo al suelo por no poder permanecer eternamente en el cielo.
Durante el viaje de regreso yo aliviaré ese amarillo de los campos ansioso de beber, esa tristeza de tantos corazones anhelando ser regada. Porque sólo nosotras sabemos, las medio brujas, que la lluvia es ese llanto, de ángeles o de hadas, cayendo al suelo por no poder permanecer eternamente en el cielo.
Layna Ultreia