martes, 5 de mayo de 2009

PRIMERA SESIÓN. 7 DE ABRIL DE 2008





Relajación en la camilla, ojos cerrados, respiración lenta.
No sé lo que hace el terapeuta exactamente.
Me dice que vendrá a mi mente un recuerdo, una imagen o sensaciones vividas hace unos 9 meses aproximadamente que me causaron dolor. Soy consciente de ello y espero…


a mi mente viene la sensación de profunda tristeza que me produjo el fin de mi anterior relación. Siguiendo las indicaciones del terapeuta debo centrarme en la sensación de tristeza y conectarla con mis brazos, los siento pesados, de esta manera uno la sensación con mi cuerpo y éste entiende que el dolor físico es producto del dolor emocional, he somatizado el dolor y ahora mi cuerpo puede entenderlo y liberarse de él.



Durante toda la sesión las emociones me invaden de forma intensa,
las lágrimas caen, incluso en ciertos momentos me cuesta respirar por los momentos dolorosos que estoy reviviendo internamente.

El terapeuta cambia de posición y pone sus manos sobre otra zona, sigo relajada.
Confío, tranquila.
Me dice que vendrá a mi mente un hecho o imagen de hace unos 15 meses que me causó dolor. Vienen la imagen y las sensaciones del día de la muerte de mamá.
Siento un dolor intenso y profundo al revivirlo en estado de relajación, no siento mi cuerpo.
"¿El nombre de Antonia te dice algo?" Pregunta el terapeuta sin conocerme y sin saber nada de mi vida ni de lo que estaba sintiendo en esos momentos. Sí, contesté, el nombre de mi madre. "Pues va a venir", me contesta.

La música relajante suena mal y se corta de vez en cuando y el terapeuta comenta “parece que hay alguna presencia, ya hace un rato”.



Continúo relajada y serena, en estado de relajación.
Me pide que una y conecte mi corazón con el corazón de mi madre, veré una luz blanca y mi madre vendrá conmigo, me dirá algo, quizá solo para mí, quizá para él.

Me concentro en mi corazón y en unirlo con mamá, tardo unos minutos, no es de inmediato, pero de pronto comienzo a sentir como si pusieran un potente foco delante de mis ojos, aunque los tengo cerrados. Veo una potente luz blanca y pienso que ella viene, que ya está aquí, soy consciente de todo, intento no analizar, solo siento y observo. No lo podía creer, las dudas también venían a mi mente, pero dejo las ejo marchar. La luz continúa y me veo apoyada en el hombro de mi madre mientras ella me abraza y me consuela.

Yo me siento tranquila, bien, me dice que no me preocupe, que ella está bien, que nuestros corazones estarán siempre unidos. Siento inmenso amor y tranquilidad. Le pregunto si hay algo que deba saber, me dice que no, que lo estoy haciendo muy bien. Sigo abrazada a ella, creo que bastante tiempo, envuelta en la sensación de amor y tranquilidad que llevaba meses buscando. Es todo más real que la propia realidad, la siento, la escucho…el amor y la tranquilidad invaden todo mi ser, no soy mi cuerpo, no lo siento…

El terapeuta recibe mensajes:

Tienes que quererte a ti misma”
“Tienes que perdonar y tener compasión”
“Hay algo que no quieres ver


Seguiré trabajando el amor a mí misma y el perdón diariamente, como estaba haciendo antes de que el terapeuta recibiese los mensajes. La compasión es un concepto nuevo para mí, cuando supere el perdón comenzara la compasión.”

***Escrito el día 7/04/08. No lo he modificado ni haré ningún comentario al respecto todavía, hasta que termine con este pequeño diario que hace un año tuve la necesidad de comenzar.

3 comentarios:

María José dijo...

Raquelita hija, estoy aluciná. Ya sabes que a mí estas cosas me dan miedo que yo me lo creo tó y el caso es que de un tiempo a esta parte menos, lo veo todo con más naturalidad, no sé. Bueno que yo ya sabía de la existencia de este tipo de terapias en tu vida aunque no con tanto detalle (¡madre mía menuda experiencia!) pues estoy flipando, he tenido que leerlo varias veces para pillarlo todo. Veo que trabajas en las ideas que te dijo el terapeuta pero... eso de "hay algo que no quieres ver", no lo mencionas. Espero que lo hayas encontrado y hagas una continuación con másssssss. Un besino. PEPA.

Maricarmen dijo...

Raquel, nena, no había leido todo tu blog, ya sabes que son tantos, pero buscando lo del "Círculo Cerrado", que comentaste ayer en la entrada sobre si había que perdonarlo todo, me he encontrado con esto, y ahora que mi chico va a ver el fútbol ;) aprovecho yo para leerte.
Qué experiencia más maravillosa la que tuviste que vivir, yo nunca he ido a sesiones de las que hablas, ni he ido a un terapeuta, pero ya te contaré algo también muy personal...la verdad que si te encuentras con buenos profesionales, pues hay mucho aprovechado por ahí, tiene que ser muy positivo vivir algo así en un@ mism@.
Imagino que era esto a lo que te referías el otro día cuando comentaste que tuviste una regresión en la que viste a tu madre.
Un besazo.

raquel dijo...

Pues Isora, esas experincias llegaron en el momento adecuado y sin esperarlo,si no son necesarias no es necesario tenerlas. Éstas que están en el blog no son de regresión, son de una terapia energética para quitar ciertos bloqueos que me producían dolor de espalda, lo que pasa que en mi caso fueron ambas bastante espirituales, las de regresión las hice inmediatemente después para terminar de desbloquear. Hice en total 6 sesiones, las que creí convenientes y seguí mi vida tan normal. No he escrito mucho más sobre ello, ya lo hiré haciendo. besoss