Si yo dejé la puerta abierta…
Los besos dormidos quizá no fueron robados…
Quizá no quise despertar de ese crimen del hurto porque cuando te roban besos te los están ofreciendo, por que cuando te roban besos te hablan en secreto, al oído, muy bajito…y yo, si lo escuché, además de ser la víctima de un robo, agravé el delito con mi sordera., me gustó ese susurro, ese ronroneo agradable que te proporcionan las caricias y el abrigo. El antifaz del ladrón quedo oculto a mis ojos, él también se acurrucó entre mis manos. Dejándonos llevar hacia un mar desconocido, pero eso, nunca fue un error.
Los besos regalados son flores en ese invierno que a veces viven los corazones, en esas aceptadas soledades, en esos desiertos sin abrazos son las gotas de agua que te alegran el día. Y yo, y él, robamos o regalamos, compartimos o arrojamos esas flores al aire para atraparlas, con la certeza de saber que la policía estaba informada y algún día llegarían los demonios de la realidad aplicando el código penal, buscando culpables, víctimas y coartadas.
-Señor Juez, debe condenarme a mí también.
Mi abogado me informa de que el crimen ha prescrito. Ya no se buscan víctimas ni culpables. Consta en el acta que las coartadas son excusas insuficientes productos de cobardías o miedos enterrados bajo la enmascarada pereza que supone el asumir.
Ha pasado el tiempo justo para curar la sordera, para abrir los ojos y quitar antifaces, la llave de la puerta ha sido encontrada. La denuncia ha sido retirada.
El ladrón se ha rehabilitado, ahora es un tipo formal, inteligente, un rey que no se conforma con robar besos dormidos, que desea besos gritados al mundo, no escondidos entre sábanas ni ocultos por el mareo que produce mirar a través de un velo, desea besos iluminados por el sol donde las nubes del día también son un buen colchón para poder volar, que las flores sólo nacen si el calor las despierta, sino, van marchitándose poco a poco y de pronto cualquier noche solo queda la tierra donde enterrar los restos de un naufragio anunciado por el Silencio. El Silencio, ese testigo protegido de este juicio sin jurado.
El viejo Silencio se me apareció en un sueño para decirme con su sabia y comprensiva mirada que él está presente y a mi lado cuando lo necesito, cuando sólo en ese lugar lejano donde él me acompaña puedo encontrar la paz y la claridad. Pero este abuelo de ojos cansados visitante de los sueños estaba enfadado, habíamos cogido su mano para pasear por un bosque de frondosos árboles donde poder escondernos entre dudas e inseguridades camufladas por el bienestar, y él, tan ocupado, no podía perder el tiempo con viejos alumnos.
En estos misterios que son los sueños, me recordó el Silencio que yo siempre quise prados transparentes y que los árboles los usaba para subir a la última rama, sentarme y observar el mundo desde lo alto, aunque me costase subir. Desperté del sueño con la sensación de no ser Yo, con cierta melancolía producida por las palabras por decir que crean vacíos en el aire, pero también hay que flotar en ese vacío para que se ordenen esas letras que pueden influir en distintas vidas y que te pueden condenar a una cárcel adornada o a la libertad que te da la verdad.
- Mi ladrón, tengo un síndrome diagnosticado donde le quiero y no le condeno por su hurto, no me condene usted por dejarme robar. Como hemos sido absueltos de cualquier posible delito, deseo que suba usted a lo alto del árbol, donde nos reiremos juntos, ¿me acompaña? Ahora sí, podemos dar la mano al Silencio, por que usted merece las flores iluminadas por el sol y yo quiero regalar besos despiertos cuando llegue el momento, cuando así lo sienta, cuando esté preparada, cuando la vida me lo mande. Aprovechemos que el Juez nos concede la libertad y empecemos a andar de nuevo, por senderos paralelos, que le he cogido cariño, le repito que le quiero. A ver donde encuentro un médico que me cure el síndrome éste, que es psicosomático y se ha quedado agarrado…
8 comentarios:
Pienso que es mejor no curarse ese síndrome, creo que el sentimiento más satisfactorio es el de amar, incluso diría que mucho mejor que ser amado.
Bellos besos robados, estoy segura de que muchas personas desearían encontrarse alguno de esos ladrones.
Un beso, Raquel.
Esos besos robados... o ...regalados... depende de quien los juzgue... últimamente están muy valorados, se cotizan al alza, así que ya sabes.
Conozco a más de un@ que están deseando que le roben o le regalen besos.
Yo que tú no iba al médico por algo así, jajaja.
Beeesos regalados y una Sonrisa para tí!!!
No hay delito cuando hay consentimiento.
Lo únicos besos "malos" son los no dados.
El mundo debería estar lleno de ladrones de besos....igual me lo planteo....
Besos.
Dejo aquí los labios puestos y los ojos cerraosssss... por si me quieres robar arrrrgo...
Que listillo eres chiado!!! que la robada es Layna!!! yo soy mu formal y no robo jiji. Me quedo con al frase de mária, los único besos malos son los no dados, pues !todo el mundo a besarse!!! Todo el mundo con síndromes!!besos a todos
"Detenganme por ser un ladrón de besos...", soy culpable de un delito...pero leve, bueno, depende del "juez", con lo cual me arriesgaré a seguir delinquiendo hasta cometer una falta grave...
Y no te rias Rakelilla, que te veo por el otro ojo...jummm.
a veces el que nos roben besos es el mejor de todos los delitos. Me gusta mxo el blog!
Espero que nos leamos a menudo! Si te apetece te puedes pasar por mi otro blog,
http://teseinfusionesporelmundo.blogspot.com
Un saludo!
Sólo paso para dejarte un saludito. Estoy de puente, con frío y nieve..y tiempo libre.
Besitos.
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