viernes, 8 de octubre de 2010


¿Cómo se manda una carta al cielo?


Pienso, pienso...

llamo a la puerta.

Abro.

Tengo las llaves del cerebro,

mejor al cerebro no!

o a su hemisferio derecho quizá,

que está más loco

y se lo cree todo

y juega, inventa, sonríe

imagina, pinta, borra...

sí, quizás sí...



¿Sabes una cosa? Estoy acariciando a una gatita de preciosos ojos transparentes que está perdiendo el miedo a las primeras manos que la acarician. Ese miedo que todos deberíamos perder, ese miedo a no sé exactamente qué, que nunca debiste tener.


Una de las cosas que he aprendido es que los miedos envenenan el aire que respiramos, e incluso nos pueden dejar sin respirar. Yo ahora sólo quiero que la gatita deje de temblar de miedo y se sienta segura, protegida y abrigada, como se deberían de sentir todas las personas en el mundo, como te deberías haber sentido tú entonces y como espero que te sientas ahora.


Aquí es difícil sentir ese abrigo pleno, esa seguridad envolvente o esa protección infinita, pero allí, en ese lugar donde habitar después, creo que ya no pesan los lastres de una vida ni las cargas poderosas de la mente, sólo espero que ya no exista el miedo. Que mires flotando este mundo loco donde seguimos navegando en un barco con alas, porque a veces podemos volar, sin dirección, pero volamos.


Sabes que te echo de menos, que los que más echo de menos, y te lo repito un año más, es la sensación de que haya alguien en el mundo que daría la vida por mí, alguien que tiene esos detalles que sólo las madres saben regalar sin que se les agradezca lo suficiente, y sé que es egoísta, pero quizá ese sea el abrigo y la protección que me faltan. Pero no te preocupes, aunque no sé tejer bufandas de lana, he aprendido a tejer mantas de amor y cariño que me envuelven desde cerca y desde lejos. Estarías orgullosa.


Quizás vivo muchas veces en mi Universo particular e individual, idealista y parcialmente mágico. Otras veces me lanzo a la piscina terrenal y estoy un tiempo limpiando la tierra que me ensucia la ropa. Pero da igual donde navegar, si por los mares de la magia o por los desiertos de la realidad, si al final todo es igual.


Yo ahora, en esta nueva etapa que creo me está tocando vivir, he elegido dar de comer a un perrito, acariciar a una gatita y mirar sus ojos felices y sin preocupaciones. Ójala pudiera abrigar con mis letras a quienes están en otros lugares, ójala puediera regalar lo mejor de mi y que la inspiración me envolviese sin cruzarse las obligaciones mundanas a las que estamos condenados.


Nunca leíste nada mío, por entonces tampoco yo me había leído, algunas letras estaban tan escondidas que necesité varios años para desenterrarlas, aún estoy con el pico y la pala a ver que encuentro. Cuando consiga sacarlo todo te lo mando, por este correo sin sellos y sin cartero, rápido y eficiente directo al cielo, o al sitio ese donde se flota y no se pesa y se ve todo sin velos, transparente.


Podría decirte que me encantaría tener un jardín con muchas flores y una fuente árabe-andalusí, podría decirte tantas cosas nuevas o viejas, o lo que pienso, o lo que me enfada, o lo que me alegra... Pero como este correo imaginario se pincela sobre el papel, sobre la pantalla o telepáticamente he decidido que mejor te lo cuento antes de dormir, que como no pude despedirme de ti hace cuatro años esta noche te hablo, para que te vayas tranquila, que si yo pudiera flotar entre las nubes también lo haría.


La gatita me llama, necesita una mamá y calor, seguiré con paciencia acariciándole el miedo, para que duerma tranquila, como tú hiciste un día con tus gatitas, con tus hijas.


No voy a experimentar con la poesía

por que ya lo sabes,




Los versos quedaron tallados en nuestra alma de piedra,

fuerte y poderosa, ligera y frágil,

el cincel escondido bajo tierra

arañando aún algunas letras,

bebiendo del recuerdo,

durmiendo en la esperanza,

de reecontar abrazos,

de recuperarlos.


Mientras, recibe esta humilde carta...










10 comentarios:

Maricarmen dijo...

Querida Raquel, con tus letras abrigas a muchas personas, a muchos seres que tiemblan de miedo como esa gatita a la que proteges con tanto amor, tus letras abrigan de verdad, hacen soñar, pensar, dan serenidad.
Como siempre me vuelves a emocionar, vuelvo a llorar, pero me viene bien, hoy lo necesitaba...
Tu madre esté donde esté siempre te protegerá, las madres son así, no lo pueden evitar.

Besos encanto!!!

mária dijo...

Hay quien dice que somos nosotros los que elegimos a nuestros padres. No tengas duda de que ella te mima, te sigue cuidando, te abraza, te sonríe en todos y cada uno de los momentos que necesitas. Y muchas veces a través de los ojos de una gatita.
Me emociona tu corazón tan limpio y puro.
Besitos

Susana dijo...

Hoy me has puesto, una vez más, los pelos de punta. Estoy segura de que la carta llega a su destino, de alguna manera....

Un fuerte fuerte abrazo.

Pepa dijo...

A mi también me has emocionado, ¡y cuanto! Seguro que orgullosa de lo que ve, el destinatario ha recibido su mensaje y me encanta que nos hagas partícipes a todos los que te queremos. Gracias.

irene dijo...

Aunque estemos muy abrigadas, y de hecho estoy segura que lo estamos, tú también, siempre nos queda un rinconcito por donde nos entra el frío, yo procuro cubrirlo con recuerdos, muchos bellos recuerdos que tengo de mi padre, y me funciona, le siento cerquita.
Este fin de semana estuve en Málaga con dos personas encantadoras.
Un beso, Raquel.

Elchiado dijo...

Ay niña, pequeña!, tengo unas ganas enormes de abrazarte, de abrazar tus ojos vivos, de jugar al pilla-pilla con nuestras sonrisas, de hacer novillos con la rutina... de que nos llamemos pequeña/o cara a cara.

Mis besos para que los guardes donde desees; y mi sonrisa, para que te la lleves puesta, vayas donde vayas.

Adriana Alba dijo...

Sencillamente bello!!!

Abrazos Raquel.

mária dijo...

Sólo paso para ver como estás..en silencio y sin molestar.
Besitosssssss

Unknown dijo...

Raquelita, cuanto amor en esa carta. Es dificil no emocionarse leyéndote. Te mando un abrazo grande que espero que te llegue con mucha fuerza. Tienes un ángel cuidándote y protegiéndote al igual que tú lo haces con tu gatita y el perrino tan mono.

Besitos, linda!

irene dijo...

Te dediqué un comentario en la entrada "Málaga y mucho más" del blog de Mária.
Aunque tengo insomnio, me está entrando sueño, son las 5:15 de la hora nueva, es decir, las 6:15 de la antigua, vendré en otro momento a leer tu lección de cómo mandar una carta al cielo, espero poder dormirme pronto.
UN beso, Raquel.